Yuuto
Ayase.
* Yuuto y Haruka fueron unidos por el destino hace más de 10 años
* Su mejor amiga es Shiina Amamiya, pero Mika Nogizaka es como una hermana para él.
Tras la noticia de las aguas termales Haruka estaba más tranquila. Nunca lo hablé con ella pero tenía la impresión de que Haruka se sentía excluida porque Shiina y Elizabeth se habían hecho muy buenas amigas, en parte era comprensible: Mai y Mía, las viejas amigas de Shiina ahora la miraban con resentimiento, como si hubieran sido traicionadas; pero Haruka aun era recibida con gusto en el grupo. Es más: siempre que Shiina y Elizabeth organizaban algo no tardaban en invitar a Tenma y a Haruka, en ocasiones especiales hasta Mika era recibida en conjunto con la hermana “menor” de Tenma, que por cierto era mucho más madura y no se notaba quien era la hermana mayor de quien. El punto es que cuando Shiina invitó a Haruka a las aguas termales: ella estaba como poseída corriendo por su habitación.
Ella no dejaba de alegar que tenía que acompañarla a comprar ropa nueva y tonterías de ese tipo.
-Pero Haruka… tienes una habitación llena con vestidos de diseñador chanel y quieres que vayamos a comprar ropa, ¿Cómo es eso?
-Ropa fea esa es, joven Yuuto. –se defendió ella en tono gracioso. (Acabábamos de ver star wars en la televisión)
-Como puedes decir eso… tú te ves bien con todo…
-Es lindo que pienses eso, cariño… pero eso no te salvará de que mañana compremos toneladas de ropa juntos, además; Tendrás que verme modelarla y decirme que es hermoso aun si es ropa fea, ¿entendiste?
-¿No tengo elección?
-No
-Está bien… iré.
-¿Sabes que te amo? –preguntó acercándose a mí con su peor cara: la poderosa “mirada de cachorrito”
-Ven aquí, joven padawan… -dije tomándola por la cintura. –la fuerza fluye en ti.
Justo mis labios iban a contactar con los suyos cuando la puerta se abrió; dejando pasar a Mika bailando robot y desplazándose hábilmente con sus pies de derecha a izquierda.
-¡Miren lo que Nanami y yo aprendimos en televisión hace un momento!
-¡SEÑORITA MIKA, ahí va mi entrada! –gritó una voz femenina dulce desde la puerta.
Una chica en sus 25 con un traje de sirvienta clásico entró en la habitación con un “moonwalking lateral” y cruzando las manos como si fuera una rapera.
Seguido de eso ambas se pusieron en línea y bailaron como si estuvieran en un disco de los 80´s, dando por terminado el espectáculo.
-Vaya, en verdad son buenas en esto… deberían de ir a akihabara a mendigar de vez en cuando, ganarían mucho dinero.
-Lo hacemos por amor, no por la plata bebe. –dijo Mika imitando a un pandillero.
-Señorita Nogizaka, cuanto lo siento. Las perdí de vista un segundo y han venido a molestarlos.
La tercera invitada era Hazuki: sus cabellos rubios casi blancos y sus gafas reiteraban su seriedad, una mujer tan fría como el hielo por fuera pero por dentro cálida cual volcán.
-No te preocupes Hazuki, pasa.
-Sus molestias son las más divertidas. –admití. – ¿les gustaría tomar el té con nosotros?
-Es verdad. –coincidió Haruka. –tenemos tiempo sin estar con ustedes debidamente…
-Es porque ya son populares, se entiende. –dijo Nanami.
-Es verdad… –Dijo Mika en tono resentido. –Ya se han olvidado de la pequeña Mika… apenas puedo recordar el rostro de Yuutito.
-No seas dramática, tonta… si tú te juntas con nosotros junto con Yakumo siempre.
-Lo que pasa es que son tan tontos que me hacen reír…
La conversación fluyó durante toda la tarde, a las 6 Hazuki y Nanami tenían que ir a hacer unas compras especiales que pidió la madre de Haruka y se despidieron, dejándonos solo a Mika, Haruka y a mí.
-Oye yuuto. –Haruka estaba utilizando su mirada mortal de cachorrito una vez más. –hay que ir a akihabara cuando terminemos de comprar ropa ¿Qué dices? Será una cita muy divertida.
-HA, a eso le llaman cita en estos días… -se burló Mika, me molesté un poco.
-¿algún problema, Mikaela?
-nada, Yuutoberto… es solo que eso no son citas…
-¿entonces qué son?
-a eso, señor se le llama: P A S A R E L R A T O
-¿Pasar el rato? –preguntó Haruka preocupada.
-Así es hermanita, hasta donde yo sé, ustedes nunca han tenido su primera cita.
-Entonces, los viajes a akihabara, las convenciones y las tiendas de ropa no fueron nada… -Haruka estaba cayendo en la trampa de Mika.
-Así es, una cita es ir al cine, a comer, al parque de diversiones, a cualquier lugar que no sea nada de esas cosas del “anime”
-¡Yuuto! ¡Tengamos una cita terminando de comprar ropa! –los ojos de Haruka brillaban de emoción.
-¿Eh? De acuerdo… ¿A dónde quieres ir?
-¡A la feria! ¡Quiero ir a la feria contigo!
-A la feria será entonces, vayamos saliendo de la escuela a comprar la ropa y rápidamente volvemos al parque de diversiones, ¿está bien?
-Olvida la maldita ropa, ¡AYASE! ¿Cómo es posible que quieras comprar ropa cuando tu novia nunca ha salido contigo? Ese no es el Yuuto sensible del que me enamoré…
-Esta tampoco es la Haruka tímida y cohibida que me cautivó, pero ¿que se le puede hacer?
-¡YUUTO!
-Está bien está bien, saliendo de la escuela vayamos a la feria. ¿Sí?
-Gracias cariño, te amo.
-Una bipolar es usted, señorita Nogizaka.
-Romeo, Julieta… sigo aquí. –Mika estaba mirándonos en silencio desde hace rato, solo abría la boca para comer.
Al día siguiente en la escuela hubo dos novedades interesantes: Harima Kenji había regresado a la escuela después de dos semanas de ausencia inexplicada, y el nuevo que había estado ausente desde el inicio de clases: Mike Sutherland por fin se había presentado, este último se me hacia extrañamente familiar, en la hora del almuerzo mis sospechas se confirmaron, yo estaba esperando a Haruka fuera del salón y se me acercó: era Rubio y con ojos azules, con facciones americanas (no tenia ojos asiáticos) y emanaba un aire de seguridad.
-Joven Ayase, por fin he podido presentarme ante usted.
-¿Disculpa… quien eres?
-Antes de que le diga quién soy… quiero explicarle el motivo de que le hable.
-Te escucho, amigo. –Puse una pose de persona madura para no quedar como el idiota de la conversación.
-Quiero que sepa… que he cambiado y que por ciertas razones de la vida que ya le contaré cuando tenga más tiempo y me tenga más confianza. Y que no soy el mismo que usted conoció en primera instancia y que estoy dispuesto a lo que sea con tal de recibir su perdón.
-De acuerdo… tienes mi perdón, no te preocupes… ¿Quién eres?
-Nos conocimos en isla Haruka jabalíes, en esos días yo era un mocoso mimado y estúpido y le discriminé a usted por su situación económica, incluso en compañía de los que en tiempo eran mis amigos le maltratamos el regalo que usted iba a regalarle a la señorita Nogizaka.
Ahora recordaba, él era el idiota que no paró de hacerme sentir mal y que por un momento me hizo querer abandonar a Haruka en su fiesta de gala; al menos hasta que panchito me salvó.
-Ah… ya veo porque me parecías conocido.
-Entonces… joven Ayase, si no le molesta me gustaría enmendar mis actos infantiles para poder seguir como persona honorable en este mundo, ¿acepta la mano de la disculpa? –el rubio extendió su mano con amabilidad, en su mirada se notaba arrepentimiento puro y ni un solo indicio de querer sonreír. Le creí.
-Está bien. –estreché mi mano con la suya. –considera todo olvidado, podemos ser amigos ¿no crees?
-Eso esperaba, joven Ayase… esa es la razón por la que me inscribí a esta escuela, bueno en parte.
-Ya veo, entonces esperemos a que Haruka salga y vayamos a la azotea, te presentaré a los otros.
Sus ojos se cristalizaron, como si acabara de quitarle un gran peso de encima ¿en verdad las personas pueden cambiar por arrepentimiento? Mike me acababa de demostrar que así era.
-Lamento haberte hecho esperar cariño pero Elizabeth estuvo jugando con mi mochila y dejó un desastre, no encontraba el dinero para el jugo… ¿pasa algo?
Haruka se sorprendió porque estuviera hablando con el nuevo y accidentalmente sonó algo hostil.
-Bueno, el es Mike Sutherland Haruka, supongo que ya lo conoces.
-Claro que lo conozco, Yuuto… de hecho me sorprende que haya tenido el valor de hablarte.
-Ha cambiado, me ha pedido sinceras disculpas y creo que merece una segunda oportunidad ¿no?
-Bueno… pero lo tendré bajo observación.
-No se preocupe señorita Nogizaka, no pienso volver a hacerle mal a su novio.
-Más te vale, niño bonito.
Haruka se comportaba como toda una brabucona, y pensando en eso recordé al otro brabucón, desaparecido de la escuela durante 2 largas semanas en las que un sinfín de cosas había cambiado, mire en el aula y ahí estaba, sentado en soledad.
-Hey, Harima… ¡vamos a la azotea!
-Yuuto… -Harima se sorprendió de que aun le dirigiera la palabra. –g…gracias… ya voy.
Así fuimos los 4, Haruka y yo al frente con Mike y Harima como nuestros guardaespaldas.
-¡Miren quien ha vuelto! Y también tenemos otro nuevo amigo, el es Mike Sutherland, Haruka y yo lo conocimos antes del primer día de clases.
-Vaya, vaya… Carne fresca. –Se burló Yamaho.
-Un placer, y bienvenido de vuelta Harima, ¿Dónde estuviste? –dijo Elizabeth levantándose de golpe.
-Bueno… estuve un poco ocupado con un problema familiar, veo que todos siguen siendo amigos.
-Claro, y tu eres uno de nosotros muchacho, para nosotros eres el cuarto bruto. –dijo martins levantando el dedo como aprobación.
-Ni siquiera a mi me han permitido ser un bruto. –le dije a Harima al oído.
-Ya veo, sería un honor para mí ser un bruto en ese caso, pero por desgracia Mike y yo acabamos de apodarnos “los guardaespaldas”
-¿Ah, sí? –preguntó Mike, pero cambió de opinión cuando Harima volteo a verlo con esa imponente cara de criminal cubierta por lentes solares. –Oh, es verdad… somos los guardaespaldas del joven Ayase.
-Nadie quiere ser un bruto, no se sabe porque…
-Porque será, idiotas. –Bufó Shiina juguetona.
-¿Oigan, quieren hacer algo saliendo de clases? Vayamos a tomar algo. –sugirió Shiina.
-Por mi está bien. –Dijo alegre Yamaho.
-cuenta conmigo. –Bufó Totuno.
-Pues ya que… -dijo Martins con pereza.
-Excelente, verán que será divertido vernos fuera de la escuela ¿qué hay de ti Eri?
-Lo siento, tengo que hacer algo… disculpa.
-No te preocupes… pero la próxima vez invitas tú.
-¿Yuuto, Haruka?
-Lo siento. –me adelanté a Haruka. –tenemos planes.
-Ya veo… ¿Harima? ¿Joven Sutherland?
-Por cierto. –dijo Eri. –Tenma y Nobunaga irán a comer estofado saliendo de la escuela. Así que tampoco podrás contar con ellos.
-Vaya, esos dos han avanzado mucho en su relación. ¿Entonces, contamos con ustedes guardaespaldas?
-Lo siento. –dijo Harima cabizbajo. –tengo unos problemas que tratar.
-Y yo, pues claro… -dijo Mike con timidez.
-Entonces, seré yo y los chicos, trátenme bien… ¿sí?
Después del almuerzo dimos un paseo y hablamos un poco con Mika y Yakumo, cuando terminó el descanso fuimos por nuestras mochilas para irnos a nuestra primera cita.
-¿Primera cita? ¿Eh? Con solo pensarlo ya me pongo nervioso. –admití mientras caminábamos tomados de la mano por la entrada de la escuela.
-A mi me pasa igual, pensar que sin la ayuda de Mika tu y yo hubiéramos vivido engañados, no sabes cuánto se lo agradezco.
-No es para tanto, creo que solo se divierte con nosotros.
-Lo sé, pero nosotros también nos divertimos con ella ¿no?
-Cierto.
-Oye… Yuuto… ¿viste la torpe aki chan ayer?
-Sobre eso… Ruko vendió mi televisión a un vagabundo ayer mientras estaba en tu casa, dice que eso fue para comer ya que olvidé prepararle la comida en la mañana.
-Bueno, en el episodio de ayer: aki chan tiene un encuentro romántico muy lindo con el tonto toro loco.
-¿Están enamorados? Quien lo diría.
-Sí, yo también me sorprendí: estaban en una colina y juntos dijeron un hechizo para estar juntos para siempre, el hechizo en verdad me gustó… este… ¿lo hacemos?
-Bueno, enséñame como…
Haruka se me adelanto para quedar frente a frente, dejo su maletín en el suelo y me quito el mío e hizo lo mismo; después tomo mis dos manos con las suyas y entrelazo los dedos de cada una con ternura.
-Repite después de mí.
-Repite después de mí.
-Todavía no, ¡Yuuto!
-Disculpa.
-Con este sello de amor… juntos estaremos…
-Con este sello de amor… juntos estaremos…
-Para toda la eternidad…
-Para toda la eternidad…
-Porque las estrellas están aunque no se vean…
-Porque las estrellas están aunque no se vean…
-Nuestro amor perdurara…
-Nuestro amor perdurara…
-Para toda la eternidad…
-Para toda la eternidad…
-Aunque estas manos se separen, siempre volverán a encontrarse.
-Aunque estas manos se separen, siempre volverán a encontrarse.
-Ahora bésame.
-Ahora bésame.
-¡Yuuto! No arruines el misticismo.
-lo siento.
La besé con dulzura durante unos segundos, acariciando su cabello; cuando nos separamos me tomó de la mano y recogió su maletín.
-Andando, la feria nos espera.
Caminar con Haruka ya era una bendición, siempre cargaba una sonrisa de oreja a oreja para mí; Además de que hablar con ella era muy divertido, antes me daba mucha vergüenza abrir la boca, pero desde isla Haruka jabalíes mi confianza con ella aumentó y ahora podía bromear con ella y tratarla como una persona común; pero eso sí, ella nunca dejaría de ser un ángel caído del cielo, a pesar de que según los 3 brutos ella ya no era la chica más hermosa de la escuela desde la llegada de Yakumo y Elizabeth. Para mi ella siempre seria la mujer más hermosa de todo el mundo, tal vez del universo.
Ya se podía ver la rueda de la fortuna a lo lejos, también la calle comenzaba a tapizarse de visitantes a la feria que nos entorpecían el paso, como cafres de trafico los pasamos casi corriendo.
-¡Rápido Yuuto, no quiero que nos ganen!
Llegamos a la 1 de la tarde, teníamos todo el día por delante y uno de los más grandes parques de diversiones del mundo y el más grande de Japón. Por mi mente se pasaban cosas como “¿Qué le gusta hacer a una chica en estos días? “
-Vamos a las tazas giratorias, ahora mismo o si no moriré. –me riñó Haruka con rudeza.
-Está bien, no me grites.
Después de habernos subido 7 veces a las tazas Haruka empezó a sentirse mal y me pidió que descansáramos un rato, duramos más o menos media hora administrándole jugo vía oral para que se recuperara.
-Tanto jugo me dio hambre, ¿quieres comer Yuuto?
-Claro Haruka, iré a comprar algo. Por favor espera.
Había una tienda de hamburguesas justo delante de nosotros y aproveché, unos minutos después ya había regresado con un par de hamburguesas con papas y refrescos.
-¿Hamburguesas? Vaya… es un gran paso Yuuto. –dijo con severidad Haruka. –nunca he comido una.
-Es broma, ¿verdad?
-No… papá nunca me dejó comerlas porque dice que engordaría.
-Bueno… ahora que tienes novio ya no importa.
-Está bien, ¿debo tomarla con los dedos, no?
-Exacto, y también debes morderla. –bromeé
Haruka tomo la hamburguesa con sus dedos y se peleo con ella durante unos segundos decidiendo donde dar la primer mordida.
-Solo muérdela.
Lo hizo y le encantó.
-Deliciosa.
-Espera, tienes un poco de kétchup en la boca. –y como todo un galán se la quite con una servilleta.
-Gracias, contigo siempre vivo cosas nuevas.
-Conmigo es igual, no siempre se puede viajar al ecuador para una fiesta de cumpleaños, o no siempre se puede querer tanto a alguien… supongo que nuestro destino es vivir cosas nuevas juntos, ¿no?
-Puede ser… espero que el hechizo funcione.
-Yo también.
Después de comer fuimos a la casa del terror, después a una montaña rusa, en la tarde estuvimos en un concierto, en una montaña rusa interactiva, en el zoológico y en la heladería y cuando estaba atardeciendo tomamos un paseo en bote, ya era de noche cuando desembarcamos: justo frente la gigantesca rueda de la fortuna.
Siempre he querido subir a esta. –confesé. –será como en las películas románticas.
-Es cierto, yo también quiero probarla.
Unos minutos después ya estábamos dentro de la pequeña cabina, sentados en un solo asiento; abrazados para darnos calor por el frio de la costa que estaba a nuestro costado.
-¿No te da miedo que se vaya a caer? Esta cosa mide como 70 metros, seguro moriríamos. –preguntó Haruka con miedo.
-No tenía miedo, pero ahora lo tengo.
-¿Cuánto dura esta atracción, Yuuto?
-10 minutos por vuelta, podemos dar cuantas vueltas queramos.
-Demos vueltas toda la noche en ese caso.
-Como quieras tú… cariño.
-Mira, ¡ya se está moviendo!
La rueda de la fortuna comenzó a girar lentamente, al paso de 3 minutos las luces nocturnas de la ciudad se abrieron paso por entre nuestros ojos: tantas luces a tan alto era lo más hermoso que había visto, después de Haruka por supuesto.
-Es hermoso Yuuto… mira cuantas luces, no sabía que la ciudad fuera tan grande.
-Muy lindo en verdad.
-Quisiera que este día no terminara, teníamos tiempo sin salir solos los dos.
-No tiene porque terminar así, Haruka… podemos salir los dos solos siempre que queramos… no hay nada que nos detenga.
-Te confesaré algo… -Haruka dejó de mirar la ciudad para mirarme con seriedad a mí. –cuando la señorita Elizabeth llegó a la escuela… creí que te enamoraste de ella.
Solté una carcajada sonora y me revolqué en el asiento, la cabina se movió un poco.
-Tonta, eso sería más que imposible, “enamorarse” es algo que solo ocurre una vez en la vida.
-Lo sé, me porté como una novia celosa por unos días por mis tonterías… y después lo entendí mejor, no era que te estuviera perdiendo… si no que estábamos ganando amigos.
-Exacto.
-Yuuto…
-¿Sí?
-Te amo.
-yo mas.
Recargó su cabeza en mi hombro y cerró los ojos.
-Vamos a casa… cuando esto terminé.
-Está bien.
Ninguno de los dos decía nada, porque no era necesario: estábamos expresando todo con el silencio ante las luces de la ciudad.
20 minutos más tarde estábamos caminando el sendero boscoso que llevaba a la entrada de la casa de Haruka, la brisa nocturna hacia a Haruka temblar, así que amablemente le puse mi chaqueta.
Entramos a su casa, Nanami, Hazuki y Mika no estaban, solo había sirvientas de rangos inferiores pues los padres de Haruka se habían ido en la mañana según Haruka. Fuimos a su habitación para ponernos cómodos.
-¿quieres algo de té Yuuto?
-yo lo prepararé, no te preocupes.
La habitación de Haruka era una casa pequeña: tenía 2 pisos, en el piso inicial había una sala de estar, con una televisión gigantesca frente a 3 sofás rosados. Al fondo había una gigantesca mesa de mármol que solíamos usar para estudiar y una chimenea de lado de una gigantesca ventana que daba una vista maravillosa al jardín familiar Nogizaka.
En el segundo piso estaban las instalaciones de una casa normal: un baño gigantesco, una habitación completa para la cama de Haruka que era una gigantesca cama con cortinas rosadas, otra habitación era una cocina personal que Haruka y yo usábamos comúnmente para preparar panqueques y té, también había 2 habitaciones que solo se usaban para la ropa.
Preparé el té y volví con Haruka, que estaba tímidamente en un sillón, esperándome.
-¿Qué haces ahora, Haruka?
-Yuuto… ven aquí.
Le di su taza de té y le acaricie su carita angelical.
-¿y si a ti te gustara otro? Que debería hacer.
-deberías amordazar a esa impostora y preguntarle que ha hecho conmigo.
Dejé mi taza en la mesa y lleve ambas manos a su cara, quería tenerla cerca. Más cerca que nada.
Estuvimos así durante unos minutos, en un abrazo que humedecía mis mejillas, que me causaba un cosquilleo en la quijada. Los minutos se volvieron horas, y cuando recuperé la cordura estábamos cruzando la línea.
-espera, no es necesario si no quieres Haruka. Ya tendremos tiempo para esto.
Ella estaba recostada en su cama, su mirada inocente que me llamaba a protegerla con la vida estaba activa y me encajaba su aguijón directamente. Nunca había estado más hermosa.
-está bien, quiero hacerlo también.
La noche era helada en verdad, los cristales del gigantesco ventanal estaban cubiertos ligeramente de hielo que transparentaba la vista nocturna de la ciudad.